Tradicionalmente una familia estaba compuesta por los padres, dos o más hijos y una mascota, pero lo cierto es que esta estructura ha ido cambiando con el paso del tiempo, así que cada vez es más común ver sólo uno de los padres o sólo un hijo. Aunque se habla mucho de que un niño solo es un pequeño triste, aislado y hasta consentido, la realidad es que elegir tener una familia pequeña tiene, a juzgar por lo que parecen elegir muchos padres y parejas, algunas ventajas tanto para la relación de pareja como para el hijo.
Atención especial. Los hijos únicos tienden a ser más apegados a sus padres y a disfrutar más de su compañía. También reciben más atención de sus abuelos y tíos aunque eso no significa que sean consentidos en exceso. Los consensos en casa se toman más fácilmente porque encuentran opciones que contemplen los gustos de todos y los pequeños suelen ser más expresivos con lo que sienten y piensan.
Calidad antes que calidad. Con el aspecto anterior parece quedar en evidencia que tener sólo un hijo puede ayudar a que tengan tiempo de calidad diariamente porque la convivencia es mucho más estrecha entre ustedes. Además, no existen tantos distractores como cuando hay otros niños y los pequeños no tienen que “pelear” por atención y hay más oportunidades para enseñarles valores para que aprendan a convivir con otros niños y personas.
Sube su autoestima. Los hijos únicos son eventualmente más creativos: al no convivir con otros niños en casa aprenden nuevas formas de jugar solos, que incluyen escenarios especiales, amigos imaginarios y aventuras inolvidables que ellos lideran. Es importante no sobreprotegerlo para no limitar su poder de expresión y hacerlo dependiente: ellos valorarán la compañía y también aprenderán a desenvolverse por su cuenta sin problemas.
La casa perfecta. Una de las ventajas que aparecen enunciadas de tener una familia pequeña es que los desórdenes caseros son más pequeños que si se tiene más hijos, lo que se traduce en más tiempo para divertirse juntos. Aprovechar para asignar roles de trabajo de acuerdo a la edad del pequeño: cuando son preescolares deben recoger sus juguetes y ayudar en tareas simples, como poner los manteles a la mesa. Conforme van creciendo, asignarles nuevas actividades de acuerdo a su desarrollo, hasta que aprendan a valerse por sí mismos.
Los temas financieros. Tener sólo un hijo a priori garantiza que los gastos de pañales no se extenderán a más tiempo del necesario, con lo que se podrá destinar ese efectivo a otras actividades que todos puedan disfrutar. Asimismo, salir de vacaciones los gastos son más controlados y difícilmente se saldrán del presupuesto.
¿Crees que tenga ventajas tener solo un hijo? Cuéntanos tus experiencias.
Fuente: http://www.disneybabble.com/
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