La cabeza del bebé es una de las partes más delicada de todo el cuerpo, no sólo al nacer sino en los meses posteriores. Los pediatras la controlan midiéndola, observando su forma y evolución.
¿Por qué, al nacer, su cabeza parece tan delicada?
Al nacer, los huesos del bebé son más blanditos que los de un adulto y, entre ellos, se pueden percibir algunos espacios vacíos que laten débilmente: son las llamadas fontanelas. La más grande se sitúa en la parte superior de la cabeza y tiene forma de rombo. Detras, justo encima de la nuca, se encuentra otra, más pequeña, que tiene forma de triángulo. Su función es hacer que la cabeza del bebé sea más elástica y flexible, con el fin de facilitar el paso del niño por el canal del parto y permitir el crecimiento progresivo del cráneo a medida que el cerebro se va desarrollando. Con el paso del tiempo, a medida que los huesos del cráneo se sueldan entre ellos, las fontanelas tienden a cerrarse, algo que sucede en los primeros 18 meses de vida.
¿Por qué el pediatra mide el perímetro craneal del bebé en las visitas de control?
Junto a las medidas del peso y de la altura, en cada visita de control, el pediatra registra también el valor del perímetro craneal. Se trata de un indicador importante del crecimiento del niño y permite verificar, entre otras cosas, el correcto desarrollo del sistema nervioso central. Al nacer, la circunferencia de la cabeza del bebé es de unos 35 cm, con escasa diferencia entre niños y niñas, mientras que al año, el contorno craneal alcanza ya los 45 cm de media.
A veces, la cabecita del bebé está más aplanada de un lado. ¿A qué se debe?
Algunos niños, al nacer, presentan una cabecita más aplanada de un lado y más abultada de otro. Esto se debe, probablemente, a una mala posición del bebé durante la vida intrauterina o durante el trabajo del parto. Aunque, en la mayor parte de los casos, se trata de un problema que se resuelve de forma espontánea con el paso del tiempo, algunos expertos recomiendan llevar al bebé a un osteópata, que, mediante suaves presiones, restablece el equilibrio de los huesos craneales.
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