jueves, 31 de julio de 2014

No prometo...

No prometo, hijo, impedir que tropieces, ni estar pegado a ti para asistirte en la caída.
Te estorbaría mi excesiva protección, y te haria extremadamente dependiente.
Pero prometo estar ahi, para cuidar tus raspones.



No prometo, hijo, heredarte mi experiencia. No podría ser tuya.
Tendrías que adquirirla en carne propia.
Pero prometo estar disponible cuando solicites mi consejo.

No prometo, hijo, solucionar tus problemas, aunque lo haría todo por ti.
La solución suele estar en tus manos y no en las mias.
Pero prometo ayudarte en lo posible y escucharte cuando quieras desahogarte.
No prometo, hijo, evitarte sufrimientos, no puedo cegarte a la realidad, porque aveces sufrir es necesario para aprender a ser fuerte.
Pero prometo ofrecerte mi hombro, cuando necesites consuelo.

No prometo, hijo, darte todo lo que quieras.
En todo caso es mejor que aprendas a dar los caprichos y las modas no son importantes pues se olvidan en cuanto se consiguen.
Pero prometo hacer el mayor esfuerzo para darte lo necesario.

No prometo, hijo, que serás tú el centro de mi atención, necesito tambien atender otros asuntos por tu bienestar y el de toda la familia.
Pero prometo no descuidarte y dedicar un tiempo especial, solo para ti.

No prometo, hijo, caerte bien en todo momento, a veces no te gustará lo que yo diga o haga, porque tengo la obligación de guiarte por el camino correcto.
Pero prometo no maltratarte ni humillarte cuando te corrija.

No prometo, hijo, estar a tu lado siempre, soy mortal como cualquier humano.
Pero pero prometo guiarte desde donde esté.

No prometo, hijo, ser un padre perfecto.
Pero prometo poner todo mi amor en el intento.


Fuente: http://mimitosdemama.es/

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