miércoles, 9 de julio de 2014

Más cosas que no se cuentan cuando das a luz...

Esta semana he tenido la ocasión de visitar el hospital para visitar a dos personas que habían dado a luz y ya sabéis, en estas ocasiones te vuelves monotemática ¿de qué vas a hablar más que del parto? A mí, además, es horrible, me das pie y ya tenemos tema para rato. Así que me ha venido a la memoria el post que escribí sobre las cosas que no te cuentan cuando das a luz porque hay cosas que se me quedaron en el tintero.


Al parto se va comida y duchada

Y no, no se trata de que sea conveniente estar limpia por el qué dirán. Dejando a un lado que la higiene es algo deseable siempre, se trata de una cosa más por ti que por el resto. Porque nunca sabes cuándo va a ser la próxima vez que puedas hacerlo.

A mí fue uno de los consejos prácticos que me dieron y que más agradecí. Parecerá una chorrada, pero en un hospital las horas de comida son las que son, y si encima le sumamos que hay anestesias, goteros etc de por medio la cosa se pone peliaguda. Por supuesto no estoy hablando de cesáreas programadas ni consejos específicos del médico… me refiero a las que os ponéis de parto y sin más vais al hospital. Poneos comer antes, bebed a mansalva y daos una ducha. Lo agradeceréis.

En el caso de partos largos este consejo es más importante aún. Probablemente desde que pongáis el pie en el hospital hasta que pase un rato de que deis a luz no vais a comer ni a beber nada. Y si claro, se tiene un parto express como los míos, pues no hay tanto problema. Ya comerás luego. Pero si te vas a pegar horas y horas y horas haciendo esfuerzos con el estómago vacío y reseca perdida, pues es mucho menos llevadero. Imaginad que dais a luz de madrugada… pues olvidad hasta la hora del desayuno meteos algo entre pecho y espalda. Y coño, que te lo has ganado. Yo llevé peor lo del agua que lo de la comida. No te dejaban más que humedecerte los labios y tú lo que querías era alimentar a los patos que tienes en la tripa. ¡Eso sí que se llevaba mal! Así que comed algo. Me lo agradeceréis.

Ducharos, pues lo mismo. Cuando das a luz pasa un tiempo hasta que te puedes duchar. Así que además de calmaros las contracciones (la ducha ayuda muchísimo) vais hechas un pincel. Después desearéis daros una ducha (y si no, recordad, sangraréis como un cerdo, y eso es de todo menos limpio) y no estaréis en muchas condiciones de hacerlo. Así que por lo menos una última…

El rasurado (si te lo hacen) nunca debería implicar dejarte estilo Nancy

A ver… la idea del rasurado es que si te tienen que dar puntos coser con el pelo de por medio es bastante más latoso y complicado. Existe la posibilidad de que algún pelo se quede por dentro, se infecte, en fin, estas cosas. Así que en la zona donde si tal hay que coser puede que sea necesario un afeitadito.

Digo “en la zona”. O sea, justo en lo que queda entre la vagina y el ano. No es necesario en absoluto que con la maquinilla nos dejen la cosa como si tuviéramos dos años, pelada como la Nancy. Si alguna vez os habéis pasado la cuchilla, ya sabréis lo que pica cuando nace el pelo después y francamente, bastante tenemos con lo que tenemos en la zona después como para estar ahí sufriendo innecesariamente.

Yo no recuerdo que me rasuraran en ninguno de los dos partos. Tal vez lo hicieron, pero de ser así, únicamente fue ese poquito que os digo y ni me enteré cuando me lo hicieron, ni después tampoco. Y es lo suyo que sea así. Así que si veis a alguien dispuestos a haceros la brasileña (pero sin cera) paradle los pies. No hace falta. En serio.

Hay muchas cosas a las que nos podemos negar y no lo sabemos. Una de ellas es a esto. Sobre todo, porque no hace falta.


No es obligatorio que te meta mano todo el mundo. Ni aún tratándose de centros universitarios.

Una de las cosas que más me desespera de los hospitales es la manía que hay de no identificar a las personas que te atienden. Recientemente estuve ingresada en observación y había momentos en los que no sabías si estabas hablando con el médico, la enfermera, la auxiliar, el celador o la de la limpieza. ¿Qué costará que vayan identificados de manera fácil? porque sí, llevas mucho tiempo y acabas deduciéndolo, pero tendría que ser mucho más sencilla la cosa. No una cosa para iniciados, digo.

Tú estás recién parida. Acabas de dar a luz y ya a esas alturas el poco pudor que tenías ha desaparecido. Te mete mano todo cristo. Una de las recién paridas esta semana decía que estaba ahí tumbada y no sabía quién era el que estaba toqueteándole, que podía ser uno que pasaba por ahí que se estaba poniendo las botas.

Me parece que cuesta poco decir “soy menganito, te voy a mirar a ver”. Que te va a mirar igual, pero carajo, al menos sabes quién leches es. Me parece una falta de respeto que en los sitios universitarios te meta mano cualquier estudiante sin siquiera habértelo pedido. Sin saber quién es. A ver, que a mí me lo piden, y probablemente me daría lo mismo (donde caben dos, caben tres), pero me parece una falta de respeto al paciente que ni se identifiquen ni te lo pregunten. Tú tienes derecho a negarte si no quieres. Está el derecho a aprender, pero por encima de él está el derecho a la intimidad. Estoy de acuerdo en que en algún sitio tienen que curtirse y que no es lo mismo verlo en la teoría que en la práctica. Es por esto que si me lo piden, dudo que me negara. Pero carajo, que estamos hablando de nuestros chichis, un poquito de por favor. Al menos pensar en que la persona que tienes delante se puede incomodar. Igual no, pero igual sí.


No serás ni la primera ni la última que se cague en un paritario
Hace unos años estaba muy extendida la práctica de poner enemas a las que están de parto. Estaba en el pack de bienvenida, hola, buenas, qué tal, deja que te rasuro y te pones este enemita. Ahora creo que no está tan extendido.

La cosa es porque cuando el bebé está a punto de nacer y baja por el canal del parto aprieta en la zona, y si encima tú estás haciendo fuerza pues si no se pone el enema es más que probable que si hay caca, pues esta salga. Esto es lo que hay, señoras. Hay gente a la que le da un pudor inmenso que esto pase (entre las que me incluyo), pero hay quien odia de tal manera los enemas que prefiere que pase antes que ponérselo.

A mí no me pusieron enema ninguna de las dos veces. Entre otras cosas porque ni hubo tiempo (en el caso de la primera, ni siquiera había hecho los papeles del ingreso en el hospital) y encima a mí me da por vomitar e “irme por las patas pabajo”. Vamos, que no me hacía falta. Si no, probablemente me hubiera dejado, porque a mí sí que me da pudor hacérmelo en el paritorio. Pero conozco a varias personas que odian de tal manera los enemas, y les hacen sentirse tan mal, que prefirieron dejar que pasara lo que tuviera que pasar. A mí me parece una postura igualmente válida. Cada uno, allá con lo suyo.

Obligatorio no es. Si tenéis reparos, hacédselo saber a quien os atienda, siendo consciente de lo que puede pasar. Seguro que no seréis ni la primera ni la última a la que le pasa.

Parto vomitado, parto terminado
Hay gente que vomita siempre con una facilidad pasmosa. No es mi caso. Hay veces que lo necesitaría, pero no hay manera humana, haga lo que haga. Salvo en los partos. Ahí vomito como una loca. En el primer parto fue mucho más escandalosa la cosa porque contracción que tenía, vomitina al canto. Una gloria. Llegué al paritorio con mi palangana, más pincha que un ocho. En el segundo apenas tuve contracciones fuertes, sólo muy muy al final y las noté porque efectivamente eché hasta la última papilla. Gracias a dios, sólo serían tres o cuatro porque yo ya estaba casi con un pie en el paritorio y con mi hija asomando por abajo, pero es una leche.

Os puede pasar. No debe ser algo tan raro, lo de ir vomitando hasta el paritorio. Suelen decir que parto vomitado, parto terminado, o sea, que se pare antes. La razón científica, ni idea. Dicen que es porque se empuja más pero a saber. En mi caso sí que fueron partos muy rápidos, pero no sé si será verdad en todos.

Durante el parto, probablemente te eches muchos pedos. Y si no es durante el parto, lo harás después.

Pues amigas, es que se empuja… y cuando se empuja, pues a veces pasa. Que salen por el otro sitio lo que no te gustaría que saliera. Es normal, los médicos lo han visto mil veces. Pasa. Es un asco, pero pasa.

Yo no recuerdo que esto concretamente me pasara en el paritorio. Pero sí después. Y es que todos los órganos vuelven a su sitio, y esto genera gases. Así que no hagáis la chorrada de no echároslos. Es necesario que salgan, es importante que no se queden dentro. Os metéis en el baño si es necesario, pero ¡¡¡pafuera!!!!

Si habéis tenido una niña, es posible que ésta sangre un poco por la vagina

Otra cosa que no me contaron y me di un susto del carajo con la primera. Las niñas a veces pueden echar unas gotitas de sangre por la vagina y es normal. Tiene que ver con las hormonas de la madre y se pasa rápido. Pero qué susto que te das si no estás advertida. Sabiéndolo te evitas una preocupación, que bastante tienes con lo que tienes.

Creo que ya hemos cubierto la cuota de escatología por hoy. Espero que todo esto os sea útil, porque es el único propósito. Evitar sustos a posteriori, que son mucho peores que hablar de cacas, culos, pises y sangres. Digo yo!

Fuente: http://www.mamisybebes.com/

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