jueves, 10 de julio de 2014

Lactancia: decálogo para una buena succión




Sea cual sea la postura que prefieras para amamantar a tu bebé, lo principal es comprobar que la succión es correcta.

Existen numerosas cuestiones a tener en cuenta cuando queremos amamantar a nuestros hijos. Lo principal es empezar lo antes posible con la lactancia materna. Si recién nacido tu bebé lo colocas sobre tu cuerpo, a buen seguro buscará tu pecho y se aferrará a él logrando sentirse seguro y acogido, además de alimentado.

Sin embargo, es principal adoptar una buena postura para la adecuada succión. La doctora Gema López Belmonte, pediatra especialista en Neonatología del Centro Integral Pediátrico de Córdoba, establece las consecuencias de una mala posición durante el amamantamiento:

Dolor: El bebé hunde las mejillas y succiona haciendo el vacío cuando chupa sólo el pezón lo que puede causar dolor. 

Grietas: Esa mala succión también produce la aparición de grietas y sangrado. 

Tomas largas y escasas: El bebé no suelta el pecho y sin embargo, a pesar de la duración de las tomas, se queda insatisfecho por lo que se muestra quejoso e intranquilo. 

Frecuencia de las tomas: Debido a esa insatisfacción, la tomas son más frecuentes ya que se ha quedo con hambre y vuelve a pedir una y otra vez. 

Mastitis: Es una consecuencia dolorosa, los pechos están llenos y se producen infecciones con consecuencias visibles como el enrojecimiento de la zona, la inflamación y aumento de la temperatura. 
Las mastitis han de tratarse con antibióticos. 

Vómitos y regurgitaciones: El recién nacido toma más volumen de leche diluida en lugar que tomar la leche del final de la toma, más concentrada. 

Diarrea: La leche del principio de la toma es más rica en lactosa por lo que una ingesta excesiva de la misma puede producir deposiciones aún más líquidas de lo habitual y ácidas que pueden favorecer mayor irritación en el área del pañal. 

Llanto y cólico: Todo esto hace que los llantos del pequeño sean más frecuentes y que se puedan producir cólicos. Además, al no alimentarse adecuadamente su aumento de peso puede estar por debajo de lo saludable.

Si bien no existe una postura única, cada madre ha de elegir aquella en la que se encuentre más cómoda con su bebé. De hecho, es muy probable que ésta cambie con el paso de los meses en función de las preferencias y necesidades del recién nacido y de la madre. Lo que es importante es seguir una serie de consejos generales en todos los casos para lograr una correcta succión. 
  1. La cabeza y el cuerpo del bebé han de estar en línea recta. 
  2. La cara del bebé debe mirar hacia el pecho. 
  3. El cuerpo del bebé está muy próximo, incluso pegado al cuerpo de la madre. 
  4. La madre envuelve al bebé con sus brazos, no sólo se sujeta la cabeza y los hombros. 
  5. La boca del bebé ha de estar bien abierta. 
  6. Los labios se ven hacia afuera, sobre todo el inferior que se debe observar doblado hacia abajo. 
  7. La boca del bebé abarca gran parte de la areola. 
  8. Se ve más areola del bebé por encima de la boca del bebé que por debajo. 
  9. El mentón y la nariz del bebé están cerca del pecho de la madre. 
  10. La lengua del bebé está debajo de la areola. 
A pesar de que parezcan muchos detalles a tener en cuenta, normalmente se alcanzan de forma natural. Sólo se trata de prestar atención. De hecho, podrán verificar que la succión es adecuada al observar que hay movimiento en el punto de articulación de la mandíbula y que las mejillas no se hunden, sino que, por el contrario, se ven redondas y llenas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario