martes, 15 de octubre de 2013

el hijo varón...



El día que seas madre lo vas a entender. Se dice por ahí.

Cuando la tuve a Luci, creí que ese momento finalmente había llegado. Creí comprender todo acerca de tener hijos, amarlos profundamente y ser capaz de dar mi vida por ellos.

Pero parece que la maternidad me tenía guardadas un par de sorpresas más. Me equivoqué al pensar que me las sabía todas.

El hijo varón despertó en mí sentimientos y sensaciones hasta ahora desconocidos. Resulta que quisiera morderle la yugular a algunas personas, mujeres, que me franelean al chico.

Hasta ahora había sido una madre bastante open and friendly. No le escatimaba mi hija a nadie. Es más, de bebé, me parecía maravilloso que ella se paseara de brazo en brazo y recibiera amor, mimos y afecto de tantos y tantas.

Pero oh no, no no el día que lo ví (a Él) que le hacía a otra esos mimitos en el cuello que me hace mí cuando se quiere dormir.

Me hubiese escondido detrás de una silla. Agazapada. Afilando la mirada. Las uñas y los dientes. Quietecita hubiese esperado el momento indicado. Una distracción. Un descuido. Rugiendo, hubiese saltado por encima de la silla. Avalanzándome sobre ella y rescatando a mi cría.


Sí, sí. Juro que lo hubiese hecho. Pero me ganó de mano la maldita cordura.

Fuente: Tumblr_semecayounzapato

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