Mis hijos me preguntan muy interesados “¿Tú cuál sos mami? ¿Gatúbela o la Mujer Maravilla? ¿O preferís Batichica? Elegí una, mami.. nosotros somos Batman y Flash”. Y entonces yo me quedo pensando cuál elegiría y me doy cuenta que los poderes que andaría necesitando últimamente no los tiene ninguna heroína o villana de la vuelta. Habría que crearla de cero, “a la carta” digamos. Yo por ejemplo quiero:
- El poder opuesto a rayos X, es decir la capacidad de no ver de ningún modo algunas cosas que saltan a la vista, por ejemplo: que no pueden seguir usando esos pantalones 2 talles más chicos que le quedan por el tobillo, que es hora de cambiar esos cepillos de dientes que ya dan asco, que a la pared del living le apareció otro Picasso, que mi hijo mayor se está rascando la cabeza a dos manos otra veeeeeez… ¿Se dan cuenta? Si no veo, no tengo que ocuparme, por lo menos por un rato. Maravilloso. Ah, y le sumaría la incapacidad de oír ciertas cosas también, de ese modo no estaría escuchando en este momento a mi hijo de 2 años gritando su nueva palabra favorita, “pelotudo”, por toda la casa.
- El rayo congelador. Ese sí, lo quiero, el clásico nomás está bien. Me imagino perfecto la situación: cuando las papas queman los paralizo tipo estatua, termino de ver la película que estaba viendo y descongelo. Nadie se dio cuenta, nadie sale dañado, y todos contentos. Eso sí, usar con moderación, es adicitivo.
- El poder de Multipartición o autoclonación momentánea. Parece difícil pero es facilísimo: yo en la reunión de padres, al mismo tiempo yo en la depiladora, al mismo tiempo comprando un regalo de cumpleaños, al mismo tiempo en la presentación con los clientes, al mismo tiempo haciendo la cadena, al mismo tiempo en el cine con mi marido, al mismo tiempo escribiendo este blog. Es cansador, no lo niego, pero te imaginás nunca más tener que hacer malabares ni corridas ni rastrear frenéticamente a parientes que estén dispuestos a darnos una mano? Este poder lo canto seguro.
- Invisibilidad. Si, ese también lo quiero. Acá en vez de no ver, simplemente desaparecés. Para esos momentos donde querés que te trague la tierra y nunca te traga: tu hijo arrastrándose por las góndolas del super en plena rabieta, tu hijo contándole a la maestra adelante tuyo que ayer no se bañó porque “mi mamá estaba cansada”, tu hijo avisándole a todo el mundo que no aguantó y se hizo pichí en la piscina.
- Telepatía. Esa es buena, sobre todo intraparental. Ideal para momentos donde uno de los dos pierde el norte y hay que advertirle algo sin que los pequeños se percaten: “atención…acá.. mi amor.. soy yo.. por telepatía.. concéntrate…quería comentarte que me parece que este guacho está de vivo… te dijo que guardó los chiches pero tiró todo abajo del sillón. Te aviso por si no te diste cuenta que te está tomando el pelo…cambio… y fuera”. Comunicación efectiva, sin distracciones y encima podés pelearte tranquila sin pensar en quién te pueda estar escuchando. Muy útil, che.
En fin, yo ya con estos 5 podercitos me conformo. Prometo aplicarlos con sabiduría y sin abusar, y sobre todo no olvidar nunca lo que dijo el amigo Spiderman: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
Fuente: http://mpineyrua.wordpress.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario