Un calmante instantáneo para que tu hijo se tranquilice es el chupete, pero debes tener en cuenta, que a medida que pasan los meses tendrás que buscar la manera eficaz de ayudar a tu pequeñito a dejarlo. Las técnicas para realizarlo son muchas algunas pueden funcionar, mientras que otras no son tan efectivas.
Una forma de conseguirlo es hacer que el chupete tenga un sabor muy malo, tu hijo al principio lo rechazará, y tratará de asimilar porque su chupete tiene ese sabor. Tu labor es explicarle que su “amiguito” ya se echo a perder y es hora de dejarlo. Costará algunas horas asumir su resignación, pero debes ser fuerte, consolarlo y ayudarlo a superar está pérdida, que aunque parezca absurda, fue el amigo que lo acompaño y alivio en los “peores” momentos.
Otra opción, es que incentives a tu hijito a regalar su chupete. Señálale que se lo darás a otro bebé que lo necesita más que él, y ofrécele algo a cambio que sea muy especial.
También puedes intentar con este método fácil y práctico, hacer que se perdió, que no aparece, después de una semana no se acordará que existió este amigo. Si ninguno de los métodos te parece adecuado puedes buscar algún libro o un cuento para ayudarlo de la mejor manera con este cambio.
Los expertos señalan que los chupetes dañados son desagradables para los niños, por ello algunos papás le hacen un agujero hasta cortar la goma para que no sea del gusto del pequeño. Le puedes hacer creer que existe el ratoncito de los chupetes señalándole que si le entrega su chupete le traerá el juguete que él quiera.
Hay algunas mamitas que les quitan el chupete de inmediato y otras lo realizan poco a poco, es decir se lo otorgan en algunas ocasiones, muchas veces solo para dormir. Es por esto que debes elegir la mejor manera de alejarlo de su amiguito, puedes intentar con una opción, y si no resulta hazlo con todas… No pierdes nada.
Si no eres partidaria de ninguna de estas prácticas, deja que la naturaleza siga su curso, pero recuerda que hay varios motivos por lo que se recomienda dejar el chupete. No usarlo hace que los niños tengan menos infecciones de oído, si tu pequeño tiene problemas de habla y lenguaje, el chupete puede empeorar esto y el uso constante puede generar problemas en la boca y los dientes. Siempre piensa que es lo mejor para tu chiquitito.
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