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martes, 25 de febrero de 2014

Carta de una mamá que NO trabaja a una mamá que trabaja.


Querida Mamá Que Trabaja:

Sé que muchas veces eres juzgada por otros por dejar a tus hijos al cuidado de otros para poder ir a trabajar. Mucha gente insinúa que no amas a tus hijos tanto como una mamá que se queda en casa y que lo mejor es que las mamás se queden en casa con sus hijos.

¿Como pueden decir esto de ti? Sé que amas a tus hijos tanto como cualquier otra mamá. Sé que regresar a trabajar no fue una decisión fácil. Tuviste que medir los pros y los contras desde mucho antes de que naciera tu bebé. Siempre va a ser una de las decisiones mas importantes de tu vida. Pensaste esto aún desde que estabas en la prepa y estabas escogiendo tus materias.

Te veo en todas partes. Tu eres la doctora con quien llevo a mis hijos cuando están enfermos. Eres la alergóloga de mi hija, la que le diagnosticó alergia a los cacahuates. Tu eres la terapeuta que esta tratando el dolor de espalda de mi esposo. Eres la contadora que nos ayuda con los impuestos. La maestra de primaria de mi hijo. La directora de la guardería. La maestra de gimnasia de mi hija. La agente de bienes raíces que nos ayudó a vender la casa. ¿Qué clase de mundo sería este si tu no estuvieras ahí para nosotros? ¿Si hubiera sucumbido a las presiones de los que insistían que el lugar de una mamá es en casa con sus hijos?

Yo sé que mides cada trabajo para ver si queda bien con tu familia. Sé que te despiertas una hora antes que todos los demás solo para poder hacer algo de ejercicio o tener un tiempo para ti. Sé que llegas a juntas importantes después de haber estado despierta toda la noche con tu pequeño. Sé que cuando llegas a casa en las tardes, tu “segundo trabajo” empieza. La gente no entiende que estas a cargo de tu casa y ademas tienes un trabajo. Regresas y casa y haces de cenar, bañas a tus hijos, les lees un libro, los acuestas, y les das beso de buenas noches. Tu pagas las cuentas, haces el súper, lavas la ropa, los traste y todas esas cosas como todas las mamás.

Sé que muy seguido te sientes culpable por tener más tiempo separada de tus hijos y siempre sacrificas tus tiempos de descanso. Sé que no puedes tener un “día libre” cuando tus hijos están en la guardería. Yo sé que aceptas el hecho de que tu trabajos s tu tiempo libre por ahora. Sé que cuando estas en el trabajo no desperdicias ni un minuto. Sé que te comes tu lunch en tu escritorio, no sales por café y que muestras absoluta dedicación y concentración en tu trabajo. Después de todo tu escogiste estar ahí, tu quieres estar ahí.

Sé lo buena que eres para discernir a aquellos que están cuidando a tus hijos y que muchas guarderías ofrecen un excelente cuidado para los niños. Yo sé que solo dejas a tus hijos en un lugar donde estas segura que van a ser bien cuidados y queridos. Sé que pasas muchos días en casa cuidando a tus hijos cuando están enfermos y sacrificas tu paga por eso. Y además sé que en secreto disfrutas mucho estos días y te revelas para poder estar con ellos.

Sé que muchas veces te sientes culpable por no poder estar ahí todo el tiempo. Pero, mamá que trabaja, tengo la certeza de que estas poniendo un excelente ejemplo para tus hijos. Les estas enseñando que una mujer puede tener una carrera y contribuir de alguna manera al mundo fuera de casa y a la vez ser una increíble y amorosa mamá. Le estas enseñando a tus hijas que ellas puedan hacer lo que ellas quieren hacer con sus vidas. Les estas mostrando fuerza, dedicación, tenacidad, durabilidad y ademas lo estas haciendo con mucha alegría y amor.

Solo quería que supieras que entiendo. Porque las dos somos mamás.

Con mucho amor y admiración,

Mamá Que No Trabaja

jueves, 31 de octubre de 2013

Todo bajo control...(bigmamiblog.com)



Van dos días desde que te fuiste, y ya tengo muchas cosas que contarte. Lo primero, es que sepas que me alegra mucho que te hayas tomado este viaje con amigos, 6 días, exclusivamente para jugar al fútbol. Sin duda, es algo que te hará bien física y espiritualmente. Desayuno con amigos, partidito, cervecita al sol para recuperar las piernas, una milanesa napolitana de almuerzo (de las fritas que siempre me pedís que te haga) y una siesta reparadora de 2 o 3 horas, para luego salir a conocer la noche argentina. No creo que varíen mucho tus jornadas, pero no te preocupes gordi, seguro que se van a divertir. Por mí ni te preocupes. Yo estoy contenta por vos, y durante el día, sólo me acuerdo de vos para cruzar los dedos y rezar para que lleguen a la final.

¿Cómo está todo por acá? Yo estoy bárbara, ¿Qué querés que te diga? Los chicos me levantaron hoy 6.30 de la mañana. ¡Qué bendición poder madrugar y ver salir el sol! La levantada fue espectacular mi vida. Joaco tiró el Vascolet en la cama y se manchó todo el uniforme, así qué yo, de muy buen humor lo tuve que cambiar todo de vuelta. Mientras hacía esto, el bebe, angelito, sacó todos mis zapatos de los cajones, después pasó por el baño y saco todo el papel higiénico y lo puso en el cajón de zapatos. ¡Es tan creativo!

Salir de casa nos llevó re poco tiempo. Apenas 1 hora y media. Estuve 15 minutos buscando la campera de Joaco, hasta que se acordó que ayer se la había olvidado en el colegio (qué memoria que tiene, eso lo sacó de vos mi amor), ¿y adiviná qué? Justo cuando estaba prendiendo el auto, Agus me dijo que quería caca y que no se podía aguantar. Divino, qué bueno que pida. Así que tuvimos que volver a entrar a casa. Y entre tanta aventura, casi me olvido de mi reunión. ¿Dónde? Ahh no, re cerquita, en Zonamérica a las 9 de la mañana. ¿Podés creer?

¿En la reunión? Bárbaro… mi jefe estaba de re buen humor. Ni se molestó cuando mi celular sonó 4 veces. ¿Quién me llamaba? Primero llamó mamá, para preguntarme si yo condimentaba el pollo antes o después de meterlo al horno, porque a ella se le seca un poco. Al rato llamó tu madre, para decirme que ayer lo vio a Joaco muy cansado, que quizás no debamos cargarlo de tantas actividades. Después llamó el de la alarma, para avisarme que estaba sonando (olvidate, seguro la activó un gato), y por último Patricia, para decirme que no podía venir a limpiar a casa esta semana, porque estaba con un poco de tos. Todos llamaditos tranqui, ¿viste?, volví a la reunión y retomé enseguida. A mi jefe le pareció comiquísimo, me pidió que armara unos informes de los últimos cuatro meses para presentar mañana de mañana, una pavada, en 6 o 7 horas hoy de noche, después que acueste a los nenes, lo saco.

¿Qué hice en la tarde? Nada, pavadas, fui a buscar a los chicos al colegio, y vinimos para casa. ¡Qué divino llegar a casa y encontrar las camas deshechas, la loza de la cena y el desayuno en la pileta y una cantidad de ropa acumulada para lavar! Pero no te preocupes mi amor, para mí esto es pan comido, nada más gratificante que llegar de laburar todo el día y ponerse a limpiar. Es como que una realmente logra desconectarse del trabajo diario. Una lástima que no pude limpiar mucho, me hubiera encantado además tener tiempo de plancharte alguna camisa para cuando vuelvas, pero la verdad que me tuve que poner a cocinar.

Después de la cena los bañé, ¡un placer! Me pareció más sencillo meterlos en la bañera, así qué después de 20 minutos de chapuzones estábamos todos mojados, yo incluida. Lo gracioso fue que justo cuando los estaba bañando me acordé que mañana Joaco tiene que llevar la merienda para toda la clase. ¿Y adiviná que toca los martes? Síiiiii, ¡algo casero! Fue divertido cocinar una torta a las 9 de la noche. Y cuando me acordé de eso, me fijé por las dudas en el cuaderno de comunicados y ¿adivina qué? La maestra pidió que armáramos un sombrero con papel cometa y un collage con frutas recortadas de revistas. Lo más genial es que es para mañana. Pero me lo tomo re tranqui, ahora cuando los acueste lo hacemos juntos en la cama. Me encanta hacer recorta y pega. Es como que me afloran los sentimientos positivos, inspiración, creatividad, aunque reconozco que sobre todo, aflora mi PACIENCIA.

Para terminar el día te cuento algo re gracioso. Agustín rompió la baranda de su cuna, así que ahora cuando se despierta de noche se baja y se aparece en nuestro cuarto. Pero me vino bárbaro, porque como me desperté varias veces en la noche, estuve como en estado de alerta todo el tiempo. Una experiencia que algún día quizás tengas la suerte de vivir.

Bueno, mi amor, te tengo que dejar porque son como las 11 y media de la noche y todavía no cené, ni me bañé, y me tengo que sentar a preparar el informe. Además estoy cocinando para las viandas de mañana. Estoy fascinada, la verdad que está bueno tener días así de largos para sentirse realizada. Pará que siento un ruido… me parece que viene de la cocina… ¿y ese olor a quemado? Ahhhh… debe ser la torta… Chau mi amor, te quiero! Que te diviertas y despreocupate! Acá esta todo bajo control…pero ¿sabes qué estuve pensando?, la próxima semana, me voy yo.

Fuente: http://bigmamiblog.com/