lunes, 25 de noviembre de 2013

el lunes empiezo...



Hace más o menos tres lunes que lo dije.

Voy a empezar de a poco. Tranqui. Con tiempo. Así no estoy corriendo contra el reloj las últimas semanas. Un poquito todos los días aunque sea.

Y el primer lunes me hice la re boluda. Ni siquiera lo intenté. Ni siquiera lo busqué. Total tenía tiempo. Pasó una semana entera. Y la mitad de otra.

Los días me respiraban en la nuca. Me hacían marca personal. Pero logré eludir el apuro todas las veces.

Hasta que un día, buscando otra cosa, me topé con él. Ahí estaba, al alcance de mi mano. Me tembló un poco el pulso, pero lo agarré. Con bronca.

Lo apoyé en la mesa y lo ignoré varios días más. Ni siquiera abrí el paquete. No espié. No revisé. Nada.

Otro lunes se me fue de las manos. Martes. Miércoles. Tengo algunas lagunas. No sé cómo llegó hasta la cocina, pero el viernes me lo encontré ahí.

Me estaba siguiendo. Me ahogaba. Como que se me cerraba el pecho cada vez que lo sentía cerca. Logró dominarme.

Una noche abrí la bolsa. Inspeccioné el contenido. No me animaba a tocar nada. Cada una de sus partecitas inmundas estaban ahí. No faltaba nada. No tenía más escusas.

Destapé la ollá. El agua hervía. ¿Y si por accidente se me derretía? Hubiese estado bueno.

Tiré todo adentro. Las botellitas. El embudito, El plastiquito. Las tapitas. La manijita del orto.

Ahora ya está. Todo hervido. Todo higienizado. Todo limpito. Todo como nuevo. Esperando que llegue otro lunes. Ese maldito lunes. O jueves o sábado. Da lo mismo. Ese maldito día en que me convierta en su esclava de nuevo. En que lo meta en la mochila junto a la compu y las llaves de la oficina. En que se apodere de mis tetas.

Te odio sacaleche. Te odio. Te juro que te odio.

Fuente: http://perdisteunzapato.tumblr.com/

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