Los bebés no pueden dormirse o se despiertan por la noche por una simple razón; no se sienten cómodos. Los malestares que un bebé experimenta por las noches pueden deberse a múltiples factores, entre ellos, el lugar en donde se encuentra, su vestimenta, la dentición, etc... Para que tu bebé duerma bien, debes asegurarte que ninguno de estos factores lo esté perturbando. A continuación explicaremos cada uno de ellos.
La cuna
Es posible que el bebé no se sienta cómodo en su cuna o moisés. Algunos bebés se mueven mucho mientras duermen y al hacerlo se golpean contra los bordes de la cuna, aún existiendo protección como las chichoneras, y eso los despierta. En estos casos asegúrate que su colchoncito no sea demasiado blando y si este es el caso cámbialo por uno más duro, donde la columnita del bebé no se va a hundir.
El calor
Puedes darte cuenta si el bebé tiene calor ya que su cara y el cuello pueden estar enrojecidos. Para asegurarte de esto coloca tu mano sobre su pecho. Al tacto, el bebé tiene que estar tibio y no caliente ni pegajoso. Si el bebé está muy caliente, quítale el exceso de abrigo y refréscalo abriendo sus prendas.
El frío
Debes asegurarte que no existan corrientes de aire en la casa y menos en su habitación, en especial durante el invierno, ya que esto los despierta. Asegúrate siempre de que esté bien tapado, aunque en muchas ocasiones, con el fin de evitar que tomen frío, se los abriga demasiado y esto también contribuye a que el bebé se sienta incómodo. Si por ejemplo, el bebé no le gusta ser tapado con una manta o sábana, no insistas en hacerlo, es preferible que su vestimenta lo proteja directamente del enfriamiento. Si por el contrario, permite ser tapado, no lo vistas como si durmiera sin mantas. Recuerda también que si tu bebé tienes las manos y pies fríos no significa que está "congelado". Siempre chequea la temperatura con tu mano sobre su pechito.
Los ruidos
Los ruidos repentinos o constantes pueden ser las causas que perturban el sueño de tu bebé. Los motores de las heladeras, el ruido de lavarropas o del ascensor y los electrodomésticos son los más frecuentes. En estos casos trata de adaptar el horario del funcionamiento de los electrodomésticos al sueño del bebé o pensar en cambiarlo de lugar. También es importante que en su cuarto no esté prendido un televisor por las estridencias de sonido que emite y la luz, que también puede interrumpir su sueño.
La luz
La luz puede significar un problema para los bebés que se despiertan temprano o a los que les cuesta conciliar el sueño. El resplandor del amanecer, las luces de la calle o del televisor son las causas más frecuentes. Para solucionar el problema puedes poner cortinas que no permitan el paso de la luz en absoluto o bien cambiar al bebé a otro lugar.
La oscuridad
Por el contrario de la luz, hay muchos bebés que se sienten incómodos en la oscuridad, ya que al despertarse por la noche no se sienten seguros porque no saben donde se encuentran. Para estos casos puedes utilizar una luz suave, como las que se venden en comercios para este propósito, y que se coloca en algún enchufe de la habitación. Otra buena idea es dejar encendida una luz fuera de la habitación, entornando la puerta para que se ilumine suavemente.
La vestimenta
El bebé debe tener siempre una vestimenta cómoda y que le proporcione el abrigo adecuado. Las etiquetas, los materiales sintéticos, las costuras y las medias apretadas pueden provocarle molestias que le impiden dormir correctamente. Debes chequear que su piel no tenga marcas rojizas por el rozamiento de su ropa y que el tamaño de su ropa sea el adecuado. Recuerda que los bebés crecen rápidamente y la ropa le va a ir quedando chica. Si la ropa tiene etiquetas que rozan su piel quítaselas, en especial en la zona de su cuello.
Los pañales
Los pañales mojados son la causa más frecuente de perturbar el sueño del bebé ya que lo incomoda. En estos casos no hace falta decir que debes cambiarlo, ya que además tus caricias lo ayudarán a dormir. También debes corroborar que tu bebé no tenga la colita paspada. En estos casos se sentirá incómodo, aún cuando lo hayas cambiado.
La dentición
El dolor y las molestias que provoca la dentición pueden perturbar el sueño del bebé. En líneas generales, los bebés cortan su primer diente a los 6 meses. Si este es tu caso, puedes aliviar sus molestias dándole mordillos de plástico blando, enfriados en la heladera, o usar algún analgésico que te recomiende el pediatra o gel frío de dentición que se adhiere a las encías provocando un alivio inmediato.
El hambre
Los bebés más pequeños necesitan alimentarse con frecuencia y el hambre es otra de las causas que puede despertar al bebé. En estos casos debes darle el pecho o el biberón, cuidando en este último caso que no trague aire.
Los cólicos y flatulencias
Los cólicos y flatulencias generalmente aparecen después de alimentarse, impidiéndole conciliar el sueño. Por esto es importante que la última mamada de la noche sea alejada, al menos una hora, del horario habitual en que se duerme. También es aconsejable hacer eructar al bebé, colocándolo de panza en tu hombro y palmeándole la espalda con tu mano suavemente.
Las enfermedades
Un bebé enfermo no podrá conciliar el sueño ya que como los adultos, no se siente bien. Como tu bebé no podrá decirte que está enfermo debes estar alerta a otros síntomas como vómitos, diarrea, erupciones en la piel y fiebre entre otros. A veces los síntomas no son visibles, como en el caso de la otitis, donde tal vez el bebé se calme cuando lo levantes, ya que al estar en posición vertical el dolor disminuye. En todos los casos debes consultar al médico.
Las picaduras de insectos
Es muy frecuente la picadura de mosquitos sobre la delicada piel del bebé, sobre todo durante el verano. Los adultos sabemos lo que es sentir el zumbido de un mosquito en nuestro oído durante la noche... Por eso te recomendamos en épocas estivales que utilices un mosquitero para cubrir su cuna, ya que el bebé no podrá defenderse de semejante molestia y de esta forma podrá dormir tranquilo.
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