¿Qué hacer si el niño está inquieto y se inventa mil excusas con tal de no irse a la cama?
Uno de los errores más frecuentes es pretender que el niño interrumpa el juego de repente y se prepare para el sueño sin rebelarse o tratar de “zafarse”. Es importante realizar un ritual antes de que se vaya a dormir, así como adaptarnos a sus ritmos, y no basarnos sólo en nuestras necesidades. Si el papá llega tarde y juega con el niño, no se puede pretender que, al cabo de unos minutos, el niño se ponga a dormir. Cuanto más cansados están los niños, más irritables y reacios a irse a la cama se muestran. Es importante mantener un horario fijo para ir a la cama, así como atenuar los ruidos y bajar las luces de casa, creando un clima adecuado para la noche. El niño sabe que sus papás no van a dormir al mismo tiempo que ellos, y sienten curiosidad por saber qué hacen. Debemos hacerles entender que, también para los mayores, la noche es un momento de descanso y de quietud. Asimismo, es importante llevar a cabo un ritual. Por ejemplo: lavarse los dientes, ponerse el pijama, ir a la cama y leer un cuento con mamá o papá.
Cuando el niño está enfermo, ¿puede dormir con los papás? Así, él se siente más seguro y, para nosotros, es más fácil cuidarle.
El niño enfermo siempre siente la necesidad de la cercanía de sus papás. Si manifiesta el deseo de dormir con los papás, no hay motivo para negárselo. Sólo hay que tener cuidado con el sobrecalentamiento. Un niño que tiene fiebre debe mantenerse fresco, y no demasiado abrigado.
Pesadillas y terrores nocturnos: ¿cómo tranquilizarle?
El niño se despierta presa del pánico, con evidentes signos de estrés (taquicardia y sudoración) y, a menudo, explica su pesadilla de forma precisa. Lo mejor es escucharle, estar junto a él y mimarle hasta que se tranquilice y vuelva a dormir tranquilo. Posteriormente, si el episodio se repite con frecuencia, es bueno investigar las causas de su malestar. Los terrores nocturnos, en general, afectan a los niños de entre dos y siete años: el pequeño grita y llora desesperado, tiene los ojos abiertos, pero no parece ver a nadie, aunque esté a su lado; no responde si se le llama y no se calma con nada, a veces, incluso durante varios minutos. Se trata de un trastorno de la fase del despertar en la que el pequeño parece estar despierto, pero no lo está completamente: no se puede hacer otra cosa que permanecer junto a él hasta que se le pase. En general, los episodios desaparecen con el crecimiento.
Cuando el niño está enfermo, ¿puede dormir con los papás? Así, él se siente más seguro y, para nosotros, es más fácil cuidarle.
El niño enfermo siempre siente la necesidad de la cercanía de sus papás. Si manifiesta el deseo de dormir con los papás, no hay motivo para negárselo. Sólo hay que tener cuidado con el sobrecalentamiento. Un niño que tiene fiebre debe mantenerse fresco, y no demasiado abrigado.
Pesadillas y terrores nocturnos: ¿cómo tranquilizarle?
El niño se despierta presa del pánico, con evidentes signos de estrés (taquicardia y sudoración) y, a menudo, explica su pesadilla de forma precisa. Lo mejor es escucharle, estar junto a él y mimarle hasta que se tranquilice y vuelva a dormir tranquilo. Posteriormente, si el episodio se repite con frecuencia, es bueno investigar las causas de su malestar. Los terrores nocturnos, en general, afectan a los niños de entre dos y siete años: el pequeño grita y llora desesperado, tiene los ojos abiertos, pero no parece ver a nadie, aunque esté a su lado; no responde si se le llama y no se calma con nada, a veces, incluso durante varios minutos. Se trata de un trastorno de la fase del despertar en la que el pequeño parece estar despierto, pero no lo está completamente: no se puede hacer otra cosa que permanecer junto a él hasta que se le pase. En general, los episodios desaparecen con el crecimiento.
Fuente: mibebeyyo.com
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