martes, 18 de febrero de 2014

¿Sabías que un desorden en la sangre puede complicar el embarazo?

Mal silencioso. De un 10 a un 15 por ciento de las mujeres lo padecen durante la gestación. Causa abortos tempranos recurrentes, entre otras complicaciones.



Gabriela es la mamá de Valentina (13 años) y Tomás (3). Antes de tener a su hija, perdió un embarazo de tres meses de gestación y, después, sufrió otras tres pérdidas antes de tener a su hijo varón. “Perder un bebé es, sin dudas, una de las experiencias más dolorosas que puede vivir una mujer”, asegura.

Después de sufrir la segunda pérdida, Gabriela se sometió a una gran cantidad de estudios y descubrió que padece trombofilia.

La trombofilia es un conjunto de desórdenes en la coagulación de la sangre que generan una predisposición a sufrir trombosis (formación de coágulos que impiden la normal circulación e irrigación sanguíneas).

En Argentina, se sabe que al menos el 10 por ciento de la población general (varones y mujeres) tiene trombosis. Y la prevalencia en mujeres embarazadas es del 10 al 15 por ciento.

Este mal silencioso generalmente es detectado cuando la mujer ya ha sufrido al menos una pérdida de embarazo tardío o más de dos abortos tempranos recurrentes.

“En vez de indagar, el primer obstetra que me atendía me decía que era algo natural y que la mayoría de las mujeres pierden hijos”, cuenta Gabriela.

“Cuando la prevalencia se determina entre mujeres que han tenido antecedentes de abortos prematuros recurrentes, muerte fetal o complicaciones vasculares placentarias tardías, encontramos que el 60 por ciento tiene trombofilia”, dice Omar Latino, director del consultorio de enfermedades autoinmunes, trombofílicas y embarazo del Hospital General de Agudos Carlos G. Durand en Buenos Aires.

Además de complicaciones, durante el embarazo, la trombosis puede ocasionar infarto agudo de miocardio y accidente cardiovascular (ACV), entre otras afecciones.

“La trombofilia no es una enfermedad, sino un rasgo de coagulación, una tendencia a coagular más (hipercoagulación). En las mujeres embarazadas, impide la normal circulación de la sangre a través de la barrera placentaria y, en consecuencia, dificulta, primero, la nutrición del embrión, y luego la de del feto”, explica Adriana Sarto, jefa del departamento de Hematología de la Reproducción de Halitis Instituto Médico.

Nutrientes y oxígeno llegan al embrión y al feto a través de la vía sanguínea, con lo cual es un elemento fundamental para el desarrollo de la vida.

La trombofilia puede ser hereditaria o adquirida. La primera se asocia con factores hereditarios que favorecen un estado hipercoagulable determinado genéticamente por la pérdida de actividad de los coagulantes naturales de la sangre. La trombofilia adquirida es un desorden autoinmune adquirido a través de anticuerpos que, dirigidos contra una parte de la coagulación, producen tendencia a coagular más. Hay varios tipos de trombofilias adquiridas y la más frecuente es el síndrome antifosfolípido (SAF).

Mujeres en riesgo

La trombosis afecta de manera especial a mujeres y embarazadas, debido a que los cambios hormonales generan mayor estado procoagulante.

“Fisiológicamente, durante el embarazo surge una marcada tendencia protrombótica, debido a la existencia de factores coagulantes: existe estasis venosa de las extremidades a causa de la presión del útero gestante y dilatación venosa favorecida por los cambios hormonales”, indica Marcela Zitta, especialista del centro de medicina reproductiva Nascentis.

Algunas de las complicaciones que ocasiona durante el embarazo son: pérdida de embarazo temprano (antes de la semana diez de gestación), pérdida fetal (después de la semana diez), restricción del crecimiento fetal intrauterino (el feto es menor a su edad gestacional), preeclampsia (hipertensión gestacional) y/o convulsiones durante el embarazo, parto prematuro, desprendimiento de la placenta o muerte fetal intrauterina.

Los especialistas recomiendan que todas las mujeres que hayan sufrido alguna de estas complicaciones hagan una consulta médica antes de buscar un nuevo embarazo.

También aquellas que tengan antecedentes en familiares directos (trombosis, infarto de miocardio, ACV) o antecedentes personales de trombosis arterial o venosa.

“Aunque en el diagnóstico del aborto temprano recurrente encontramos trombofilia en el 60 por ciento de las pacientes, las causas pueden estar relacionadas a trastornos cromosómicos o metabólicos y, según los consensos internacionales, se justifica estudiarla cuando la paciente sufrió una pérdida, o dos, o más abortos tempranos recurrentes”, explica Sarto.

Por su parte, Zitta informa que “las guías prácticas de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) tampoco justifican su estudio en casos de fallas reiteradas de implantación en tratamientos de fertilización in vitro”.

Es fundamental que las mujeres conozcan esta afección y sepan las complicaciones que puede causar en la gestación, aseguran los especialistas.

Detección y tratamiento

La detección de la trombofilia se realiza a través de un análisis de sangre específico que implica una extracción y cuyos resultados demoran un mes en brindar el diagnóstico.

Los estudios deben realizarse fuera del período de embarazo y al menos dos meses después del último parto o aborto.

Una vez detectada, se indica a las pacientes un tratamiento antitrombótico anticoagulante. “En la mayoría de los casos, se usa aspirina de baja dosis y heparina, un anticoagulante que la paciente debe aplicar por vía subcutánea durante embarazo y puerperio”, indica Sarto.

Según los especialistas, la adherencia al tratamiento es excelente y en las mujeres con trombofilia adquirida la tasa de éxito es del 85 por ciento y “se equiparan con aquellas que no han tenido este antecedente”.

Las mujeres con trombofilias hereditarias deberán tomar la medicación de por vida. “Hasta ahora no se evidencia que el tratamiento con heparina reduzca el riesgo de aborto o prevenga la aparición de restricción intrauterina o preeclampsia en este grupo”, informa Zitta.


Fuente: http://www.lavoz.com.ar/salud/un-desorden-en-la-sangre-puede-complicar-el-embarazo

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